jueves, 13 de septiembre de 2012

El Miserable.



I

En esta vida abundan las miserias; pero también los miserables…
El es parte de esas miserias, y uno más de esos miserables que van por ahí, sumidos en sus lamentos, maldiciendo a los cuatro vientos, pero también, algunas veces es tierno. El tiene un aspecto tan diferente, que lo desprecian como a un maldito. Yo solo me limito a dejarlo ser, qué más da, somos amigos. Y Yo soy ambos…
Pero a pesar de ello, y en estas condiciones tan lamentables, estamos forjando nuestras mejores letras, aun con esta daga atravesándonos  el corazón…

Elogio a la miseria:

Entre esas sombras  frías
            que había cultivado
desperté.
Y  ahí estaba mi tristeza
parada     frente a mí,
         de ahí nació mi gusto
por la poesía.

Ella siempre estuvo ahí
y  aun que intente
        alejarme     de ella,
ella venia conmigo
a donde sea…

Bien     por esa soledad,
por la miseria de las calles,
       por esas perras.
Bien por esos versos que escribí
aun que nadie        
          los leyó Jamás.
Bien     por esas desveladas.
Cuantas noches
disfrute de todo aquello,
                  sin la necesidad
de pagar por el servicio
      de una puta
              y una buena botella de alcohol.

II

En las calles de esta ciudad, a la hora en que la mayoría duerme, hay lugares en los que la fiesta y el drama se acrecientan, sitios en los cuales todo  se conjuga  para incrementar la locura: Bares, cantinas, prostíbulos, callejones hediondos donde mueren los indigentes, entre otros lugares más. Hay tantas historias que giran alrededor de las miserias humanas de esta ciudad, como para escribir un libro; un libro sin final…
Estos lugares forman su propio mundo, tienen su propia vida ecléctica, llena de gente estrambótica y decadente; lo que los convierte en lugares sumamente surrealistas; en donde se sonríe, en donde el alma claudica y en donde se  muere lentamente...
Yo también soy un habitante de esta ciudad y tengo muy pocas noches de calma. Por ahora, el alcohol es la única mano que me acaricia; mientras….

Todo duerme,
porque todo ocupa su reposo.
así, como hoy
tú duermes  
tan  lejos de mí
yo también lo hago;
pero en mis sueños        junto a ti…

y la ciudad duerme
sobre la hoja ciega del otoño,
y el otoño también duerme
                sobre esa brizna
que duerme sobre el viento.

    Y así, casi todo descansa
Cuando reina la noche,
          y mientras duermes
y mientras sueñas,
                  la vida cotidiana
jubilosa se despoja;
     de su espantosa realidad…

III

Mientras al asesino le sonríe la noche, nosotros caminamos hacia otro bar, con el sonido de sirenas de fondo, con la muerte a nuestro lado, con la mirada tan pérdida, que ni los perros se atrevieron a ladrar…
Aun así bebemos, como si fuese la última vez, porque así es esta vida; entre más turbio es el viaje, más hermoso…

Una plegaria en la embriaguez:

Por el frio de esta noche
por esa luz viajera
y  por aquellos mundos
que en silencio nos observan.

Por mis letras escritas
por mis versos malditos
y por todos aquellos
que no publicaré jamás …

Por lo que encuentra su forma
Por  lo que nos transforma
¡Y por nuestro derecho a la embriaguez!

Por nuestros muertos en vida
por nuestras falsas creencias
y nuestra  justa absolución
                                                   
Por la magia de las letras
por su misterio,
y por el día en que las descubrí.

Por los poetas
por la poesía
y por su pronta comunión

Por todos los que buscan
por los pocos que encuentran;
y por el 8 de diciembre del 43…


IV

El alcohol es el viajo sabio que legra las calles y los pensamientos de los hombres, es quien nos engrandece el alma, quien nos libera de dogmas, de límites y de todo aquello que nos detiene…


Puedo
burlarme de la muerte,
huir de religiones
y prescindir
de reglas morales.

Puedo
cultivar el ocio,
consumir mi tiempo
pegado en una botella.
           
Puedo
encarar a la autoridad,
imprecarla sin mesura
y mostrarle los dientes
a esta vida de mierda.

Puedo
odiar, puedo pelear,
puedo romperle las costillas
a las mañanas…

Puedo
derramar la sangre
a lo largo
de este corredor.

Puedo
desatar el caos
y todo aquello
que genere violencia
en tiempos de paz…

Pero debo admitir,
tumbado
sobre estas líneas;
que no puedo luchar
contra este sentimiento
que hoy
me hace sufrir…

V

Pero también llega el miedo, después que azotas a tu cabalgadura, las noches se pueden volver ingratas, y el alma se escapa, tan lejos; pero tan lejos, que siento….  

Miedo,
de lo que soy capaz
y de lo que deseo hacer.
Miedo,
de toda esta libertad que poseo,
porque siempre será
como algo del infierno…

Y miro a mí alrededor
y  pienso en el futuro,
en esa muerte 
que sonriente
se frota las manos
cada vez que la olvido.

Mirarme,
en medio de esta noche
me da miedo,
pues me hace pensar
en la espantosa
mitificación del tiempo;
en saltos cuánticos,
y en otra extraña sensación
que orbita en mí.


Miedo
de mi oficio,
de mis escritos,
que se levantan
mientras duermo
y  que me velan
a lo largo de la noche.

Miedo de mis manos
de sus silencios,
que hacen dormir
esas voces hirientes
de mi pasado,
de aquel pasado
que tan dulcemente
le cerré los ojos
aquel fúnebre día
en que le hice morir.

Miedo a la razón,
más que a la locura.
miedo que voy arrojando
a las puertas de la eternidad...

VI

Que oficio…
Qué manera de arruinarme la vida, de despreciar el vino del verano; bálsamo que nos consuela de la mano de dios.
¿Pero por qué insistir, por que buscar entre las brumas de mi corazón la fuente de mi inspiración? Si adoramos el sol, la blanca y deslumbrante luz que se vierte sobre las ciudades, que ilumina nuestros senderos y que nos envuelve hasta cegar.
¿Por qué dejarme llevar así, con tanta facilidad hacia el abismo? ese espacio que ya tengo reservado, alevosamente para mis desgracias.   
Que viaje. Cabalgando al lomo de la bestia, en estas inmensas llanuras desoladas, tan siniestras. En donde soy  jinete entre las sombras de mis locuras, bajo este cielo inconmensurablemente gélido, brutal, ensombrecido por la inmensa soledad de mi extrañeza.
Que eterna es la noche, que inmensa y violenta es mi visión, que vida la mía;  la cual, irrevocablemente será devorada por mi feroz cabalgadura.

VII

...Retorno

Estoy inerte; casi mudo, la sobriedad llegó con toda su rudeza.
¡Dios mío!  Cuanta luz hay en el fondo. Y ahora, que solo quiero llorar, y despejar mi alma…
¡Qué crudo y espantoso es este despertar!
Todo vuelve a ser incierto, frio; tristemente siniestro. Esta realidad no es para mí.
¡Qué vida!  
Hoy solo me queda la locura que bebí, el llanto que se roba mi aliento. Y  el milagro de poder escribir…


La vida se me muestra

    tal y como es.

        Me muestra los dientes,

            esa tan codiciada pose…


Ya de nada nos valdrá soñar,

ya las calles huelen a miseria,

   saben a miseria;

        y nos exhiben como una miseria.

                      Y  la miseria trae consigo al dolor…


Viejo,

   me voy de aquí,

           así que toma  mis palabras,

toma mi bandera,

    toma el carnet de mis lamentos;

           me largo de aquí.


Señor

tú toma mi alma,

       elévala en tu vuelo,

viértela sobre el azul,

     sobre ese cielo luminoso,

esa vela temblorosa

      que cuelga del universo,

y que me miro caer...

  
Rambal


2 comentarios:

  1. I -Todos somos unos miserables y el que no lo cree así es un estúpido miserable.

    I -La tristeza es la ponzoña que desvela el alma, la bilis que nos hace retroceder a nosotros mismos, pero no se puede vivir demasiado tiempo en ese estado catatónico de melancolía.

    II - Singular belleza de las calles -como despojos de una carnicería a media noche-. Hay que ser un verdadero urbanita para congratularse con todas esas maravillas que parecen esconderse de las miradas ajenas, igual que la enajenación de las presunciones de los cuerdos.

    III -Comulgo con esa plegaria a la embriaguez total.

    IV - Hasta aquí llegan los vapores etílicos de tu poema, que es un alegato por la vida.

    V - Demasiada libertad es como navegar en un barco ingobernable.

    VI -Siempre esa pregunta "¿Pero por qué insistir, por que buscar entre las brumas de mi corazón la fuente de mi inspiración?" Nos hacemos de brumas.

    VII -La miseria cabalga sobre la miseria, pero también es fácil dejarnos sorprender por la claridad de los días. Indudablemente, estamos ciegos a la belleza obvia que gravita insinuante a nuestro alrededor.

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    Un placer leer estas magníficas lineas que destacan de cualquier lasitud.

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  2. Amigo Raul, Gracias por dejarte robar un poco de tiempo.
    Siempre sera un placer porder compartir mis trabajos.

    Muchas gracias por tus comentarios.

    Rambal

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